viernes, 9 de mayo de 2014

El Colorido de la Vida.


Cuenta la leyenda que el mundo, al principio, estaba poblado de flores.

Todos los campos estaban llenos de un colorido que representaba la armonía de Dios.

El viento, por mandato de Dios, era el responsable por esparcir las semillas y cruzaba todos los rincones del mundo en la procura de semillas. Las flores estaban muy orgullosas del don que Dios les había concedido –su colorido; sin embargo, cuando el viento las esparcía, las flores notaban que las semillas eran solo polvo blanco y se preguntaban: cómo, con el exquisito colorido que tenemos, nuestras semillas son simplemente blancas?

Resolvieron, las flores entonces, llevar esta pregunta a Dios, y Él les contestó:

—Amadas flores, vuestro colorido representa el colorido de la vida, cómo ella debe ser observada y cómo ella debe ser presentada frente a todo lo que les ocurra. Llueva, amanezca, oscurezca, o si el propio viento las azote, vuestro colorido debe permanecer. El blanco de las semillas representa vuestra pureza, el inicio y la fusión del colorido, pues sois UNO conmigo y con toda la naturaleza. Sin embargo, hay algo que puedo hacer: a partir de hoy seréis testigos de vuestra propia hermosura, siempre que mantengáis los ojos bien abiertos.

Y fue así como Dios creó la mariposa, que vuela entre los campos coloridos, esparciendo la belleza, tal como hacía y sigue haciendo el viento.

Desde entonces, cuando se ve una mariposa volando, se cree que simplemente cumple el mandato de Dios, esparciendo pureza en el colorido de la vida.


© jose luis iglesias ros

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