Cuando erais niños te obsequiaron con
un reloj de arena y lo tendrás durante toda tu vida. Fue un obsequio, ni más ni
menos, que de Dios.
Básicamente, el reloj de arena, está
hecho de una estructura con 3 pilares acoplados a dos bases paralelas, 2 bulbos
de cristal transparente en forma de 8 conectados entre sí por un orificio
estrecho en el centro que contiene en su interior una cierta cantidad de arena
de grano muy fino.
Puede haber diferentes tipos de
relojes de arena, pero el elemento común es la arena, siempre.
Nosotros también, en nuestro camino
espiritual, necesitamos de tres pilares fundamentales: paciencia, dedicación y
fe —nuestra
estructura.
Los 2 bulbos de cristal, que, en
realidad son uno solo, es nuestro cuerpo, el vehículo por el cual el alma —que es la arena, necesita para
transitar en este mundo. Juntos representan el poder de la realización. Cuando
la arena —o
alma, está arriba, representa la abundancia en el mundo espiritual —la forma o esencia que traemos. Cuando
vinisteis al mundo, tu arena estaba complemente arriba.
La arena abajo representa la
abundancia material.
El signo 8 en horizontal representa
el infinito —lo
que es interminable, el eterno movimiento cósmico. El tiempo es infinito, pero
tu reloj no funciona en ese estado.
El signo 8 en vertical representa la
fuerza creadora, material o espiritual —las dos fuerzas te pertenecen.
El reloj de arena, necesita de tu
voluntad para funcionar. No hay sentido tener un reloj de arena que siempre
esté con la arena abajo, y es la busca incesante aunque inconsciente de recuperar
esa fuerza espiritual.
En ese fluir de la vida, que es la
simbología del reloj de arena, debes dosificar la cantidad de arena que usarás
para tu abundancia material, pues el reloj no miente: cuanta más arena dediques
a tenerla abajo, menos te quedará para tenerla arriba, lo que es lo mismo:
cuanta más riqueza material te dediques a poseer, menos riqueza espiritual te
quedará.
Trata bien de tu reloj de arena…
Dios nos
obsequia con un reloj de arena a cada uno. Durante toda nuestra vida debemos
cuidarlo, pues es un reloj muy delicado. Cada grano de arena es un preciado
regalo que debe ser bien aprovechado…la riqueza que cada uno quiera conservar.
Que así
sea! © jose luis iglesias ros
No hay comentarios:
Publicar un comentario