—Querido
maestro —comentó un discípulo—: a veces, antes de acudir a la clase, se me
ocurren muchas preguntas por hacer, pero al llegar, ellas simplemente
desaparecen. Siento que continúan existiendo, pero no se hacen presentes.
—Amado discípulo —explicó el maestro—: las preguntas y las dudas surgen de una
única actividad: el pensar. Los pensamientos te llevan a ocupar gran parte de
lo más precioso que puedes tener: El Ahora.
—Si te digo: mira a tu alrededor, tú lo harás. Posiblemente si estás en el
campo, observarás a una flor, pero inmediatamente querrás saber el nombre de la
flor, a qué huele, registrarás en tu mente todos los colores, para que, en un
futuro, puedas compararla a otras flores. De esa forma te apartas del momento
presente, cuando en realidad, en la presencia de esa flor, solo deberías
sentir: Oh!
«Sentir la belleza, sin identificarla o etiquetarla con algo. Como si la
estuvieras observando por primera vez. Saber su nombre o conocer su aroma o
colores no te aportará nada que sea realmente real, tampoco permanente o que
sea la verdad, y la verdad solo puede encontrarse en el “ahora”, cuando decides
no pensar y vivir —sentir ese momento.
«Estarás viviendo el ahora cuando te liberes de la necesidad de entenderlo
todo, porque sientes lo que estás buscando sin la existencia de conceptos.
«Todo el conocimiento está en ti, entonces no hay razón para las preguntas,
porque la transformación interior no es el resultado de la respuestas a tus
preguntas, sino el hallar una nueva relación con el pensamiento, donde tú
tienes el control y le permites o no, ser seducido por ellos.
«La libertad mental de no pensar, es experimentar la paz del momento presente.
Hacerlo
todo por primera vez, sentirlo todo por primera vez, descubrir todo por primera
vez —estar presente en tú presente. Deja que te sorprenda el Ahora, el único
tiempo en que las cosas que ocurren no necesitan ser entendidas.
Que así sea! © jose luis iglesias ros
Que así sea! © jose luis iglesias ros
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