lunes, 3 de marzo de 2014

El Maestro y la Limpieza.

—Queridos discípulos —pronunció el maestro—: mañana es el día que tenemos que hacer limpieza en el Ashram.
Y todos estaban conformes porque era un día especial, a pesar del trabajo, todos podían reírse a la voluntad y el ambiente era como de fiesta.
—Aunque hoy —prosiguió el maestro—, haremos limpieza en nuestra mente.
—Querido maestro —cuestionó un discípulo—: porque no limpiamos el Ashram hoy y nuestras mentes mañana?
—Amado discípulo, en un cuerpo cansado, agotado por una actividad física, la mente se vuelve agitada y no puede concentrarse y al no concentrarse, todo lo que intente hacer será descuidado. Al mismo tiempo, con una mente descansada, tu concentración es máxima y el rendimiento de ésta puede repercutir en cualquier actividad.
—Querido maestro —intervino otro discípulo—: Si hemos de limpiar nuestras mentes es que nuestros pensamientos son todos basura?
—No exactamente querido discípulo, nuestros pensamientos no son basura, sino que, a través d ellos, generamos esa basura. Para entender, debemos saber qué es basura:
«La basura es el residuo de lo que no es lo principal. Principal es aquello que agrega valor. Cuando retienes algo que ya no te agrega el valor esperado, generas basura.
«Los pensamientos también generan basura, una basura sutil que va ocupando el espacio de tu mente y entorpeciendo la fluidez de todos los demás pensamientos.
«Si os acordáis, ayer estuvimos hablando sobre los elogios y las críticas. Las recibidas y las emitidas. Eso son basura, porque no te agregan valor alguno, al contrario, si las retiene, se van acumulando y transformando en lastres.
«Todas las ideas preconcebidas sobre nosotros mismos, y las que nos han dicho y que, de alguna forma, nos hemos creído: esto también es basura, y la estamos almacenando y posiblemente contaminando todo el entorno de nuestra mente.
«Para no generar basura en nuestra mente, debemos ser apenas el observador, aquél que no se involucra. No debemos tomarnos nada como personal, ni el mayor halago, ni la mayor ofensa.

«Para la basura ya generada, la aceptación, la gratitud y el amor universal, van a ser las herramientas usadas para “reciclar” esa basura. Cuanto más práctica hagas de estas herramientas, más liviano te irás sintiendo, porque estás limpiando a tu mente.

A casi nadie le gusta limpiar, porque implica la idea que fue ensuciado —esta es la realidad oculta. Entonces evitarás ensuciar. Con la mente pasa igual, vamos ensuciándola con pensamientos que no agregan valor alguno y son, al final, lastres. La aceptación, la gratitud y el amor universal te ayudan a limpiar cualquier rincón de la mente.
Que así sea!   ©  jose luis iglesias ros




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