El amor verdadero es sentimiento y es espacio.
Un espacio infinito que creas en tu mundo, aunque sea este, finito.
Un espacio de libertad que, hasta ella misma, desconoce poseer.
Un espacio de elección, incluso cuando no estés tu, entre sus elecciones.
Un espacio de decisión, incluso cuando no seas tú, por quien ella ha decidido.
Un espacio de lágrimas, que eres capaz de llorar, aún sin causarlas.
Un espacio incondicional que respeta únicamente esta condición.
Un espacio de fidelidad, que no es el reflejo de la suya, sino de la tuya propia.
Un espacio de comprensión, incluso si todo el universo no te comprende.
Y si en todo ese espacio infinito de libertad, le llevara a hacer una elección equivocada y por haber decidido, le llegaran las lágrimas, mi incondicional fidelidad las haría mías, comprendiendo que solo el amor verdadero es capaz de llenar cualquier espacio…
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